Es un tratamiento que aclara el color de los dientes respetando sus tejidos, mediante un método rápido, seguro y duradero.
Una sonrisa bonita, blanca y radiante, es, nadie lo duda, una buena carta de presentación. Pero lo cierto es que, en gran medida, tener o no unos dientes bonitos depende de cuestiones genéticas. “El tono viene determinado por el color de la dentina. Se oscurece porque al envejecer el esmalte se hace más traslúcido y, además, influyen mucho los hábitos alimenticios que tengamos, además del hecho de si somos o no fumadores”, nos explican los especialistas de Dentem.
Precisamente para ‘mejorar’ esos pequeños problemas estéticos que nos podemos encontrar relacionados con nuestra boca, hay multitud de opciones. Y una de las más demandadas, y que no hay duda que está de moda, son los blanqueamientos dentales.